miércoles, julio 12, 2006

Fue expulsada de su casa por dar de comer a las palomas

Ocurrió en Oviedo. Una mujer fue expulsada por el juez de su piso por dar de comer a las palomas, en concreto fue "condenada a 5 meses de desalojo por cebar aves" Ahora los vecinos de dicha mujer creen leve la sentencia

La Nueva España: I. ALONSO
Sorprendidos y molestos. Los vecinos de Fuertes Acevedo, 19 no están satisfechos con la resolución de la Audiencia Provincial que obliga a una inquilina, que vive desde hace más de cuarenta años en un piso de la tercera planta, a desalojar su piso durante cinco meses por echar de comer a las palomas desde su ventana.
En febrero, el Juzgado de primera instancia número 4 les dio la razón y ordenó el desalojo de la inquilina. Pero la apelación de la mujer redujo la sentencia a cinco meses de expulsión manteniendo el pago del alquiler.
Pero a algunos vecinos del inmueble no les parece suficiente. «Nos han toreado y tendremos que volver al Juzgado, porque eso es un auténtico gallinero. Si los demás vecinos no lo hacen, lo haré yo sola», dice Secundina Arias López, propietaria de un negocio en el inmueble.
La costumbre de lanzar alpiste se remonta, al parecer, a hace más de veinte años. Los vecinos incluso colocaron una red protectora para que no pasaran las aves, pero se desprendió y la inquilina continuó con su costumbre. «Entre una sentencia y otra, siguió echando alpiste en cantidades enormes, sin importarle nada», asegura la mujer. «No es que no la queramos como vecina, a mí me da igual ella que otra. Queremos que pare de provocar esta suciedad», matiza la empresaria, que, según asegura, debe limpiar todos los días «a manguerazos» el patio trasero de su negocio. «Hay excrementos de paloma, plumas y kilos y kilos de comida de todo tipo. Han aparecido hasta ratas», denuncia.
Ayer se produjo el -de momento- último incidente entre ella y la inquilina del tercer piso. «Estaba limpiando el patio y empecé a hacer ruidos fuertes para asustar a las palomas. Entonces salió a la ventana y me amenazó con llamar a la Policía», contó Secundina Arias.
Artículo completo en La Nueva España

1 comentario:

Anónimo dijo...

QUE BESTIAS!! además que poco inteligentes, con lo ricas que están las palomas con arroz.